Murió Carlitos Balá: la dulce historia de amor con Martha
La página de Facebook oficial de Carlitos Balá siempre revolucionó a los fanáticos. Por ese medio vivimos el día a día del mítico actor y conductor que murió este viernes a los 97 años.
Un Día de los Enamorados apareció una publicación en Facebook sobre su dulce historia de amor con Martha que emocionó a todos. «Ojalá todos puedan festejar la magia del amor… Feliz Día de los enamorados, queridos Balacitos», posteó un fan se encargaba de manejar ese canal de comunicación vía Facebook, siempre con el visto bueno de Carlos Salim Balaá.
Balá vivió más de medio siglo de amor con Martha, su esposa, la persona que lo cuidó dulcemente. La historia de cómo se inició esa pareja la contó Carlitos hace un tiempo en detalle.
Se conocieron hace más de seis décadas. Ella vivía en San Juan y Boedo. Él, en Chacarita. Una fiesta de casamiento los unió para siempre.
«Yo tenía 18, fui a esa boda a acompañar a una amiga que salía con un amigo de él. Volvimos en el colectivo 39 y se hacía el que vendía lapiceras. De la vergüenza me fui hasta el fondo del colectivo y le dije a mi amiga: ‘Nunca más salgo con este payaso’. Pensé que era un cabeza fresca y terminó siendo el hombre más respetuoso del mundo», detalló Martha.
«Resulta que fui a acompañar a un muchacho que cantaba el Ave María y ella estaba con una amiga. Yo no tenía interés en ella, pero el otro muchacho enloqueció con la amiga. Lo que es la vida. Yo le estaba haciendo pata al otro y la suerte fue mía», contó su versión Carlitos.
«Eran las cuatro de la mañana y para sacarle una sonrisa me puse a vender una lapicera en el colectivo», agregó Balá al relato. «Después me animé a hacerle un chiste y a pesar de la hora, ella se rió. Ahí supe que éramos el uno para el otro. Por eso siempre digo que gracias al humor, conquisté a la mujer de mi vida».
«Hacer reír es mi adicción. Con nosotros el amor empezó gracias al humor», advirtió Carlitos. «Cuando nací, dicen que hice reír a la partera. Es una felicidad casi religiosa la mía de hacer reír. Le hago un bien al ser humano».
»Nunca más nos separamos y nos conocemos de memoria. Ella me malcría. Me cocina todo lo que quiero. Hasta sopa de sémola para que yo crezca fuerte y lindo», remató Carlos.
La pareja tuvo dos hijos, Laura y Martín. Los úñtims años compartieron su departamento de Recoleta entre chupetes y cartas. Es que el cómico nunca se desprendió de uno de los chupetómetros .
Clarín