Es el mayor coleccionista de golosinas en el país y conserva reliquias de los años 70, 80 y 90

Es el mayor coleccionista de golosinas en el país y conserva reliquias de los años 70, 80 y 90
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Claudio “Chicle” Mañas, como lo conocen en el barrio, es el mayor coleccionista de golosinas en Argentina. Conserva todas las que se consumieron en la década del 70, 80 y 90. Todas. Una verdadera pasión que persigue desde muy chico y apuesta a seguir aumentando.

Los nostálgicos recordarán las obleas rellenas New Choc, que contenían en su interior figuritas de los personajes favoritos de la época como Spider-Man, el Capitán América, y Hulk. Esas obleas fueron las responsables de que Chicle comience a sentir fanatismo por el coleccionismo. Y su abuelo, claro, que le regaló una de ellas cuando tenía apenas 10 años.

Pasaron 35, y al día de hoy, Claudio atesora 17 mil envoltorios de golosinas y 1500 productos cerrados de fábrica. Una hermosa locura.

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Convive día a día con esta monstruosa colección emplazada en el barrio de Once, y la comparte a diario en su Instagram Dulcesochentas. Allí, todos pueden disfrutar de su fanatismo y hasta permitirse viajar al pasado, a la infancia, con estos tesoros.

“Colecciono envoltorios de golosinas, es el fuerte mío, tengo 17 mil envoltorios, y 1500 golosinas cerradas sin abrir. Los envoltorios los guardo en carpetas. Colecciono desde que tengo 10 años. Tengo 45. Empecé a coleccionar porque soy dibujante, diseñador, y desde chico me fascinó todo lo que tiene que ver con dibujos animados. Por eso empecé a coleccionarlos”, deslizó.

Cómo las consigue
Como todo coleccionista, el fanatismo no conoce de límites. Claudio busca, investiga y recorre punto por punto en pos de alcanzar el objetivo. Su hija, Olivia Mañas, es una fiel compañera en lo que respecta a acomodar los envoltorios y mantener viva la pasión. “Encontramos muchas cosas juntos en la basura. Se da cuenta qué es antiguo y qué no”, añade.

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Y remarca: “Las consigo cirujeando en la calle, en ferias cirujas, por internet, Mercado Libre, Market Place y por gente que me va hablando. Amigos, conocidos”.

La conservación es clave para que la colección no se deteriore con el paso de los años, aunque a veces la tentación puede más. “Reconozco que comí alguna golosina vencida, pero sigo vivo (risas), y en cuanto a la conservación, las mantengo en la heladera o con film guardadas en alguna vitrina. También guardo pastilleros, confiteros, y tengo un espacio dedicado a eso. Un espacio arriba, donde trabajo, y ahí conservo mi colección”.

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Las golosinas preferidas
“Mis preferidas son las Tubby 3 y Tubby 4, y el New Choc, porque mi abuelo me lo compró en la estación Lanús y lo conservó desde que soy chico”, recuerda Claudio.

Y completa, quien además trabaja para grandes marcas como Open 25, Georgalos, Arcor y Billiken: “También colecciono álbumes de figuritas de todas las épocas, rocolas, vitrolas, carteles de restaurantes clásicos y un auto Chevrolet Impala”.

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