Por una prueba de ADN, el Ministerio Fiscal logró identificar al autor de un femicidio ocurrido hace dos años

El titular de la Unidad Fiscal de Homicidios I, Ignacio López Bustos, se refirió a la causa que investiga el crimen de Graciela Ramos (58). La mujer, que vivía en situación de calle, fue atacada sexualmente y asesinada de un ladrillazo en la cabeza el 23 de diciembre del 2020, en los galpones ubicados en inmediaciones de calles Córdoba y Marco Avellaneda de la capital.
“Se llevó adelante una investigación profunda, más científica y genética, a raíz de los rastros de ADN hallados en el lugar del hecho”, sostuvo López Bustos, y afirmó: “Después de dos años, se logró identificar a esta persona. Esa identificación es inconfundible”.
Se trata de Edgardo Maximiliano Monasterio (30), quien fue detenido el martes 6 de diciembre cuando estaba trabajando como “trapito” en avenida Mate de Luna y Paso de los Andes. Tenía orden de detención luego de que su perfil genético coincidiera con el encontrado en un ladrillo (arma homicida) y en el plasma seminal que se halló en el pantalón de la víctima.
“El Ministerio Fiscal va a pedir la condena máxima: la prisión perpetua”, aseveró el fiscal. “Lo difícil de la investigación fue que el imputado era amigo de la familia y había sido testigo de las circunstancias de cómo fue el hecho. Eso complicó la investigación. Pero el MPF tiene la decisión de avanzar y no dejar los casos sin resolver. Es nuestra obligación hacerlo y lo hicimos, y hoy tenemos a esta persona detenida”, consideró el investigador.
La teoría del caso
El 23 de diciembre del 2020, a la madrugada, Ramos se encontraba en el sitio apropiado por ella, un galpón ubicado en calles Marco Avellaneda y Córdoba. En ese momento, Monasterio se hizo presente e intentó abusar sexualmente de ella, procediendo a tomarla por detrás y bajarle los pantalones.
Frente a la resistencia opuesta por la víctima y por no poder lograr su cometido, valiéndose de una relación de superioridad y asimétrica de poder y sometimiento que padeció Ramos por su condición de mujer y su estado de vulnerabilidad, el imputado tomó un ladrillo que había en el lugar y le propinó un golpe en la cabeza, causándole la muerte, para luego eyacular encima de ella.

MPF