Tras la condena a los rugbiers, investigarán por falso testimonio a Juan Guarino y Tomás Colazo
Luego de dictar las sentencias de los ocho rugbiers imputados por el homicidio de Fernando Báez Sosa, el Tribunal Oral Crimina N°1 de Dolores ordenó investigar por los delitos de «falso testimonio» a Juan Pedro Guarino y Tomás Colazo, tal como lo había requerido la Fiscalía.
Los jueces María Claudia Castro, Emiliano Lazzari y Christian Rabaia hicieron lugar al planteo para establecer si los dos rugbiers que no fueron sometidos a juicio por el crimen ocurrido el 18 de enero de 2020 en Villa Gesell cometieron falso testimonio al momento de brindar su declaración.
Guarino había sido detenido en un primer momento junto a Alejo Milanesi y el resto del grupo oriundo de Zárate, pero con el avance de la investigación quedaron sobreseidos en abril de 2021. Por su parte, Colazo era conocido como «T.C.» o el «sospechoso número 11», que al momento del hecho tenía 17 años, pero no recibió imputación.
Ahora, los magistrados determinaron que se extraigan copias de la causa y se inicie la investigación. Los fiscales Juan Manuel Dávila y Gustavo García sembraron dudas sobre sus declaraciones y expresaron que supuestamente omitieron brindar detalles sobre lo que pasó aquella noche, estando ambos en la escena del crimen.
”No tengo dudas de que por una omisión, mintieron, por lo que se va a solicitar que se forme causa por separado por el delito de falso testimonio”, apuntó en una de las audiencias el fiscal Dávila. Asimismo manifestó que «quedaron inmutados» y parecía que «no se acordaban de nada».
A diferencia de los imputados, los testigos -que en el caso de Guarino y Colazo fueron propuestos por la Defensa- están obligados por la ley a decir la verdad. El Código Penal prevé una sanción de «un mes a cuatro años de prisión», pero si el falso testimonio es en “una causa criminal, en perjuicio del inculpado”, la pena va de uno a diez años de prisión, dependiendo el caso.
Qué declararon Guarino y Colazo
Guarino, que en sus expresiones siempre se había distanciado del accionar de sus amigos, ubicó a Máximo Thomsen y Ciro Pertossi en el lugar del hecho. Dijo que «vio a un chico tirado» y que supuso que el grupo «se estaba peleando de vuelta», pero indicó que no pudo ver nada de la golpiza contra Fernando.
También contó que sus padres no querían que fuera a Villa Gesell de vacaciones con el grupo porque conocían el violento historial de peleas que registraban en Zárate. También mencionó que a la salida del boliche Le Brique estaba «cansado» de verlos pelear y se retiró, pero no dio detalles de lo hablado tras el hecho de regreso a la casa que alquilaban.
En tanto, Colazo no pudo precisar quién o quiénes le habían pegado a Fernando pero también coincidió al decir que vio a Thomsen y Ciro Pertossi cerca del joven asesinado. También aseguró que le puso el brazo «a Máximo en el pecho” y lo tiró “para atrás”, con “la intención de que no se peleen más”.
Cuando el abogado querellante Fernando Burlando le preguntó que concepto tenía de los imputados dijo que para él «son buenos chicos» pero no podía definirlos por el «contexto de la situación».
Este lunes, el Tribunal de Dolores condenó, por un lado, a prisión perpetua a Máximo Thomsen, Ciro Pertossi, Enzo Comelli, Benicelli, Luciano Pertossi por el delito de «homicidio doblemente agravado por homicidio premeditación y alevosía en concurso real».
Por el otro, encontraron a Ayrton Viollaz, Lucas Pertossi y Blas Cinalli partícipes necesarios del crimen y les dieron la pena de 15 años de prisión.
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