Canchas y cursos: así es la Unidad 57 de Campana, la cárcel para jóvenes que podría alojar a los rugbiers
El destino de los ocho rugbiers condenados por el crimen de Fernando Báez Sosa en uno de las sentencias más resonantes de los últimos años sigue generando intriga. Entre varias cárceles que se mencionaron, ahora parece que la Unidad 57 del complejo Penitenciario de Campana sería la que más cerca está de alojar a los detenidos.
El Servicio Penitenciario Bonaerense haría ciertas “excepciones” tales como la excedencia en la edad preestablecida para esa unidad y el grado de la pena para que los ochos rugbiers se alojen cerca de sus familias.
Cómo es el Complejo Penitenciario de Campana
El Complejo Penitenciario de Campana está compuesto por tres unidades ubicado en el kilómetro 5,5 de la ruta 6 al norte de la provincia de Buenos Aires. Dentro del mismo, cada unidad se diferencia según grado de responsabilidad de los reclusos. En este predio conviven la Unidad Penitenciaria (UP) 21, 41 y la 57. A pesar de la cercanía, ninguno de los presos de una unidad puede moverse -salvo traslado oficial- de una a otra.
Lejos de la superpoblación y el hacinamiento de las cárceles donde miles de presos con sentencia a perpetua sobreviven sin privilegios, los ocho rugbiers serían trasladados a uno de los penales más modernos de la provincia de Buenos Aires: la Unidad Penal 57.
La cárcel más moderna de la provincia
Luego de varios años y con una inversión de $844.000.000 (donde el Gobierno nacional ayudó con fondos cercanos a los $450.000.000) la empresa Centro Construcciones terminó la obra de la Unidad Penal 57 que el 12 febrero de 2019 inauguró María Eugenia Vidal.
Esta cárcel, conocida como “La 57”, así se la llama en la jerga carcelaria, es parte del complejo penitenciario de Campana. “La 57” tiene una capacidad de 616 plazas, con cuatro módulos que incluyen celdas, aulas, talleres y un polideportivo central.
Las salas de clase de esta unidad tienen una capacidad para 480 internos -la más grande del Servicio Penitenciario Bonaerense- y un aula taller móvil donde se dictan cursos de alfabetización digital. Los talleres de trabajo ocupan más de 800 metros cuadrados y tienen una capacidad para 200 jóvenes. Además, la UP57 cuenta con un centro educativo primario y secundario, el CENS 456.
Sin ratas, ni cucarachas, ni superpoblación los reclusos derivados a esta cárcel les parece el paraíso en comparación con los lugares de dónde vienen. Según expresa el Gobierno provincial, para ingresar al programa desarrollado en la Unidad Penal 57, los internos deberán firmar un “acta de conformidad” con la que se comprometerán a cumplir pautas de convivencia como el respeto de horarios y tareas del pabellón.
Así como también la asistencia a las actividades educativas, laborales, de capacitación y deportivas, más las reglas relacionadas al aseo personal, limpieza de los lugares comunes y cuidado edilicio.
Primera excepción para los rugbiers
“La 57” es una unidad modelo que aloja a delincuentes de entre 18 y 21 años. Si bien, en los últimos tiempos y con la intención de aliviar la superpoblación carcelaria juvenil, la edad se flexibilizó hasta los 25 años.
Máximo “Machu” Thomsen, Lucas Pertossi, Ayrton Violaz y Matías Benicelli tienen 23 años; Enzo Comelli y Ciro Pertossi 22 años; Luciano Pertossi y Blas Cinalli 21 años. Es decir, que los últimos dos estarían cumpliendo con una parte de lo preestablecido en la inauguración de hace cuatro años.
Segunda excepción para los rugbiers
A pesar de que los ochos condenados por el crimen de Fernando Báez Sosa estarían cumpliendo su primera condena, todos tienen penas mayores a los 5 años. Esto significa que ninguno de los ochos cumple con la “misión” de ser una cárcel para que puedan reinsertarse en la sociedad.
Según lo expuesto por el Servicio Penitenciario Bonaerense, la UP57 fue creada para aquellos que estén cumpliendo una pena menor a los cinco años de reclusión, relacionada con delitos como robos, hurtos o encubrimientos. Los ocho rugbiers fueron condenados por “homicidio doblemente agravado por el concurso premeditado por dos o más personas y por alevosía en concurso ideal de lesiones leves” del homicidio de Fernando y, los otros tres por participación secundaria en el mismo crimen.
La decisión, en caso de confirmarse el traslado de los ocho a este penal, difiere con lo que detalla la web: “La unidad ofrece a sus internos las herramientas necesarias para que ‘puedan empezar una vida lejos del delito’”. Ya que cinco de los ocho podrán “empezar su vida” dentro de medio siglo.
El último motín en la Unidad 57 de Campana
A pesar de sus pocos años de vida, “la 57”, como se la conoce en la jerga carcelaria, tuvo su último motín en septiembre del año pasado. El hecho sucedió previo al traslado de uno de los “cabecillas” de un pabellón. De repente, varios reclusos comenzaron a atacar al personal del Servicio Penitenciario.
Tres horas más tarde y gracias al apoyo del personal de las unidades vecinas (la 41 y la 21) del Complejo penitenciario de Campana, se recuperó el control. Dos agentes y varios jóvenes heridos. Además, más de 20 detenidos fueron trasladados a los penales 21, 41 y al complejo de Florencio Varela.
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