El Hemisferio Norte arde con una ola de calor extremo y los expertos advierten por la llegada de temperaturas «infernales»

En medio de una ola de calor extremo que azota el hemisferio norte de nuestro planeta, con temperaturas nunca antes vistas, los expertos advirtieron que la Tierra se convertirá en un «infierno» si los gobiernos no hacen algo con respecto al cambio climático.
«El aumento de las temperaturas alimentado por las emisiones de gases de efecto invernadero está aumentando la temperatura en Europa y el resto de nuestro planeta”, advirtió el Dr. Akshay Deoras, del departamento de meteorología de la Universidad de Reading, Reino Unido.
«Sabíamos desde el principio que superar un calentamiento de 1,5 °C tendría consecuencias catastróficas para los fenómenos meteorológicos extremos, incluidas las abrasadoras olas de calor que ahora estamos viendo en España e Italia», dijo. Y agregó que un clima extremo «más frecuente e intenso» está en el horizonte si las condiciones continúan como están.
Akshay Deoras dio, sin embargo, algo de esperanza y dijo que no es demasiado tarde para actuar ahora y evitar que la Tierra se convierta en un «infierno».
El secretario general de la Organización Meteorológica Mundial, Petteri Taalas, advirtió por su parte que los «fenómenos meteorológicos extremos tienen importantes repercusiones en la salud humana, los ecosistemas, la economía, la agricultura, la energía y el abastecimiento de agua». El experto insistió en la urgencia de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Más de 52 grados en China
La grave advertencia llegó mientras China registra la temperatura más alta de su historia: este lunes, el país más poblado del mundo alcanzó la asombrosa temperatura de 52,2 °C en Sanbao, Xinjiang, el domingo. Esto es 1.7ºC más alto que el récord anterior de China y solo seis meses desde que rompió su récord de temperatura más baja a -53C. Xinjiang, un vasto territorio semidesértico fronterizo de varios países de Asia Central que generalmente en verano es la región más cálida de China, «registró un pico de temperatura de 52,2 °C a las 19:00 del 16 de julio, rompiendo el récord histórico de calor para el mismo período del año», dijo la Administración Meteorológica en un comunicado.
La temperatura en el suelo localmente alcanzó el domingo los 80 ºC, según los servicios meteorológicos chinos. Las olas de calor en pleno verano no son inusuales en China. Pero el gigante asiático se enfrenta en los últimos meses a condiciones meteorológicas extremas, exacerbadas por el cambio climático, según los científicos.
Al otro lado del mar, Japón emitió este lunes alertas por calor en 32 de las 47 prefecturas del país, con temperaturas cercanas al récord absoluto de 41,1 ° C de 2018.
«Está claro que el clima ha cambiado. Antes, la temperatura [en la prefectura de Yamanashi, cerca de Tokio] nunca alcanzaba 30 º C. Ahora se alcanza fácilmente», lamentó Tomaya Abe, de 50 años. El país se enfrenta también a lluvias torrenciales que ya han dejado al menos ocho muertos.
En medio de una ola de calor extremo que azota el hemisferio norte de nuestro planeta, con temperaturas nunca antes vistas, los expertos advirtieron que la Tierra se convertirá en un «infierno» si los gobiernos no hacen algo con respecto al cambio climático.
«El aumento de las temperaturas alimentado por las emisiones de gases de efecto invernadero está aumentando la temperatura en Europa y el resto de nuestro planeta”, advirtió el Dr. Akshay Deoras, del departamento de meteorología de la Universidad de Reading, Reino Unido.
«Sabíamos desde el principio que superar un calentamiento de 1,5 °C tendría consecuencias catastróficas para los fenómenos meteorológicos extremos, incluidas las abrasadoras olas de calor que ahora estamos viendo en España e Italia», dijo. Y agregó que un clima extremo «más frecuente e intenso» está en el horizonte si las condiciones continúan como están.
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Akshay Deoras dio, sin embargo, algo de esperanza y dijo que no es demasiado tarde para actuar ahora y evitar que la Tierra se convierta en un «infierno».
El secretario general de la Organización Meteorológica Mundial, Petteri Taalas, advirtió por su parte que los «fenómenos meteorológicos extremos tienen importantes repercusiones en la salud humana, los ecosistemas, la economía, la agricultura, la energía y el abastecimiento de agua». El experto insistió en la urgencia de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
La grave advertencia llegó mientras China registra la temperatura más alta de su historia: este lunes, el país más poblado del mundo alcanzó la asombrosa temperatura de 52,2 °C en Sanbao, Xinjiang, el domingo.
Esto es 1.7ºC más alto que el récord anterior de China y solo seis meses desde que rompió su récord de temperatura más baja a -53C.
Xinjiang, un vasto territorio semidesértico fronterizo de varios países de Asia Central que generalmente en verano es la región más cálida de China, «registró un pico de temperatura de 52,2 °C a las 19:00 del 16 de julio, rompiendo el récord histórico de calor para el mismo período del año», dijo la Administración Meteorológica en un comunicado.
La temperatura en el suelo localmente alcanzó el domingo los 80 ºC, según los servicios meteorológicos chinos.
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Las olas de calor en pleno verano no son inusuales en China. Pero el gigante asiático se enfrenta en los últimos meses a condiciones meteorológicas extremas, exacerbadas por el cambio climático, según los científicos.
Al otro lado del mar, Japón emitió este lunes alertas por calor en 32 de las 47 prefecturas del país, con temperaturas cercanas al récord absoluto de 41,1 ° C de 2018.
«Está claro que el clima ha cambiado. Antes, la temperatura [en la prefectura de Yamanashi, cerca de Tokio] nunca alcanzaba 30 º C. Ahora se alcanza fácilmente», lamentó Tomaya Abe, de 50 años. El país se enfrenta también a lluvias torrenciales que ya han dejado al menos ocho muertos.
Grave situación en España
En Europa, las temperaturas abrasadoras se acercaron este lunes a los 50°C, en medio de una ola de calor extrema y peligrosa para la salud.
En la ciudad española de Sevilla, que a veces se conoce como el «horno ibérico» debido al aire caliente que sopla desde el norte de África, se espera que las temperaturas superen los 40° C toda la semana.
Sevilla, que cuya temperatura récord para julio fue de 46,6ºC el 23 de julio de 1995, podría “convertirse en un desierto”, advirtió el meteorólogo de AccuWeather Tyler Roys: «Si miramos específicamente los meses de verano, uno puede afirmar que en julio ya es un desierto ya que la ciudad y las áreas circundantes solo tienen un promedio de 1 mm de precipitaciones”.
La situación es igualmente grave en el resto de España, que atraviesa su tercera ola de calor extremo desde junio, con «inusualmente altas» para la temporada, que elevaron el riesgo de incendios forestales.
El episodio de calor intenso debería prolongarse hasta el miércoles, y desde el jueves deberían descender los termómetros.
En la tarde de este 17 de julio, el termómetro marcó 44,7 ºC en Jaén y 44,5 ºC en Córdoba, ambas provincias en la región de Andalucía, y los 47 ºC en Villarrobledo, en la provincia de Albacete, acercándose al récord de 47,6 ºC registrado el 14 de agosto de 2021 en la ciudad andaluza de La Rambla
Son temperaturas «poco habituales pese a encontrarnos ya en la canícula (período más cálido del año)», tuiteó la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
Las temperaturas «inusualmente altas» se sitúan este lunes en «entre 5 y 10 ºC por encima de lo normal» en «amplias zonas de la península y Baleares», y la situación será peor el martes, con «zonas entre 10 y 15 ºC» por encima de lo normal, destacó la Aemet.
En la isla de La Palma, en el archipiélago atlántico de Canarias, centenares de bomberos seguían luchando contra un incendio forestal que se desató el sábado. La evolución del fuego seguía siendo «favorable» gracias a mejores condiciones climatológicas, según el Cabildo de La Palma, el órgano de gobierno de la isla.
España registró en 2022 medio millar de incendios que devoraron más de 300.000 hectáreas, según el Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS). Este año, la cifra se eleva ya a casi 68.000 hectáreas, según la misma fuente, una situación preocupante en un país en primera línea del cambio climático, con olas de calor cada vez más frecuentes y lluvias más escasas.
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