La Policía que se habría quitado la vida tenía una medida de protección por violencia de género
Un joven quedó aprehendido por la confusa muerte de una policía. Si bien es cierto que hasta aquí todo se indicaría que la víctima habría decidido quitarse la vida, en la investigación surgieron antecedentes de violencia de género en contra de su pareja.
Pasadas las 8 de la mañana, Pablo Belmonte (32 años) avisó que su pareja Leonela Paola Ruiz (30) se había quitado la vida disparándose con su arma reglamentaria en la cabeza. En cuestión de minutos, el domicilio de Colombia al 700 se llenó de efectivos policiales y de peritos.
El sospechoso relató que él se levantó y llevó al hijo de la pareja de 10 años a la escuela. Al regresar, comenzó a discutir con su mujer. Ella, según el testimonio, decidió encerrarse en la habitación del pequeño y trancó la puerta. “Dejame que me voy a matar”, le habría gritado antes de quitarse la vida, versión que confirmó la madre de Belmonte.
Hasta el momento todas las pericias que se realizaron en el lugar confirmarían la versión del aprehendido. Mientras los peritos realizaban su trabajo, el fiscal Carlos Sale confirmaba que la policía había iniciado tres denuncias de violencia de género en contra de Belmonte. La primera se radicó en 2021 y la segunda al año siguiente, pero ninguna avanzó porque la demandante desistió de continuar con la acción penal.
La última se hizo este año. Fue entrevistada por los funcionarios del Ministerio Público Fiscal y, por su expreso pedido, le dictaron una prohibición de acercamiento a favor de Ruiz, medida que no se cumplía. Según los testimonios de los familiares del sospechoso, fue la agente la que decidió instalarse en la casa familiar de Belmonte.
Sale también entrevistó a las compañeras de trabajo de Ruiz. Todas coincidieron que en los últimos tiempos la notaron angustiada por su situación familiar. “Estaba dispuesta a pedir una licencia porque no estaba bien psicológicamente”, dijo en una entrevista otra policía.
Otras mujeres de la fuerza y familiares de la joven fallecida explicaron que ella vivía una pesadilla desde hace bastante tiempo. Definieron a Belmonte como una persona “excesivamente celosa” que le hacía problemas por todo y hasta tuvo un problema con un compañero de trabajo de ella porque creía que mantenía una relación paralela. Él, según los investigadores, sí estaba con otra mujer.
Sale, que estuvo acompañado por un equipo de la fiscalía de Homicidios II dirigidos por Paula Orellana, además de todos estos informes, espera los resultados de la autopsia que le permitirán confirmar o descartar que haya sufrido algún tipo de agresión antes de su fallecimiento. Por esa razón, se tomará las 48 horas que le permite el código procesal penal para definir la situación procesal de Belmonte.
La Gaceta