Un médico declaró que sedó a Maradona por más de un día a pedido de Luque y Cosachov

El jefe de terapia intensiva de la Clínica Olivos declaró en el juicio por la muerte de Diego Maradona que fue presionado por los médicos de cabecera, el neurocirujano Leopoldo Luque y la psiquiatra Agustina Cosachov, para sedarlo profundamente por más de un día mientras se definía cómo continuar su tratamiento para la abstinencia y desintoxicación. A pesar de su oposición, accedió a hacerlo mediante un catéter venoso central, procedimiento que fue resistido por el propio paciente.
Según Fernando Villarejo, el exfutbolista fue intervenido sin que se le realizaran los exámenes prequirúrgicos necesarios. Aunque no consideraba que la operación fuera urgente, se procedió a realizarla el mismo día por confianza en Luque, su médico de cabecera. Villarejo explicó que no hubo consultas previas con los médicos de Ipensa, ni se llevaron a cabo estudios antes de la operación.
«Como llegó de Ipensa, directamente entró al quirófano. No hubo una persona específica que tomara la decisión de no hacer estudios, su médico de cabecera fue quien decidió», detalló Villarejo, quien añadió que la operación podría haberse realizado al día siguiente sin inconvenientes.
Además, manifestó que no existía un plan claro de tratamiento y que lo adecuado habría sido una internación en un centro de rehabilitación con un equipo multidisciplinario. Sin embargo, esta recomendación fue rechazada por Luque, y se optó por una internación domiciliaria en una casa alquilada en Tigre. Villarejo también mencionó que Luque prohibió el ingreso de otros médicos que iban a evaluar a Maradona, lo que complicó aún más la situación.
En la misma audiencia, Diego Dimitroff, director del sanatorio, también brindó su testimonio. El profesional se mostró en desacuerdo con la internación domiciliaria de Maradona, argumentando que el exfutbolista debía haber permanecido en un centro de salud debido a su condición crítica. Las declaraciones de ambos se centraron en el traslado de Maradona a su casa en Tigre, un procedimiento que consideraron inapropiado dadas las circunstancias del paciente.
El equipo médico que atendió a Maradona, actualmente imputado en el caso, incluye a Leopoldo Luque, Agustina Cosachov, el psicólogo Carlos Díaz, el enfermero Ricardo Omar Almirón, el médico clínico Pedro Pablo Di Spagna, el jefe de enfermería Mariano Perroni, y la coordinadora de Swiss Medical Nancy Edith Forlini. Todos ellos enfrentan cargos por homicidio simple con dolo eventual, un delito que puede acarrear una pena de hasta 25 años de prisión, según el Código Penal.
El día después de la operación
En la decimocuarta audiencia del juicio, Fernando Villarejo relató que, tras la operación de Diego Maradona, se organizó una reunión con las autoridades del sanatorio, sus médicos de cabecera y la familia para definir los pasos a seguir. Leopoldo Luque y Agustina Cosachov explicaron en este encuentro que la internación tenía como objetivo tratar el cuadro de abstinencia que presentaba el exfutbolista.
Los médicos expresaron su preocupación por las dificultades para manejar a Maradona desde lo conductual. Luque llegó a calificarlo como un paciente “inmanejable” y sostuvo que era necesario sedarlo para poder avanzar con el tratamiento.
“Luque y Cosachov me pedían sedar a un paciente para iniciar un proceso de desintoxicación y abstinencia”, señaló Villarejo. Y advirtió que eso podía traer complicaciones como “una depresión severa en la vía aérea superior, necesidad de ventilación, infecciones, problemas de nutrición o lesiones en la piel”. Según su testimonio, los médicos de cabecera respondieron que estaban dispuestos a aceptar esos riesgos, por lo que él decidió dejar asentada su postura en la historia clínica.

El exfutbolista fue sedado el jueves 5 de noviembre. “Estuvo un poco más de 24 horas así y no sabíamos cómo seguir”, indicó Villarejo. Aseguró que esa situación no se podía sostener en el tiempo y que él mismo comenzó a reducir la medicación “de a poco” porque “no había un horizonte claro”.
Al día siguiente, hubo una nueva reunión de la que él no participó, pero si estuvieron presentes el director de la clínica, Pablo Dimitroff, las hijas de Maradona y sus médicos de cabecera. En esta se habló de derivarlo a una institución de rehabilitación motora y neurológica, algo que le pareció adecuado al testigo.
Como presentaba alteraciones en su estado psicomotriz y expresaba que quería volver a su casa, Villarejo consideró que no era conveniente que siguiera internado en Olivos.