El canciller Werthein le presentó su renuncia al Presidente: intrigas, recelos y los nombres que suenan para sucederlo

Gerado Werthein no llegó al año como Ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de Javier Milei. Este miércoles se confirmó su renuncia, que se hará efectiva el lunes poselectoral.

El canciller duró poco menos que un año en su cargo. Asumió, luego de que Javier y Karina Milei echaran del mismo puesto a la economista Diana Mondino. La salida de Mondino se había dado cuando con un misterioso aval de un sector de la Casa Rosada, pero sin el OK presidencial, se aprobó una resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas contra el embargo de Estados Unidos a Cuba.

Que Werthein le renuncie a Milei antes de las elecciones del domingo llama la atención en el sentido de que muestra una debilidad del mandatario frente a su ahora exministro, que vuelve a la actividad privada que le permitió ser un importante donante de los libertarios para la campaña presidencial en 2023.

Para sucederlo en el cargo suenan desde el embajador en Estados Unidos, Alec Oxenford; el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, hasta el propio asesor Santiago Caputo; también Fernando Iglesias más nombres del PRO de Mauricio Macri, como Fulvio Pompeo; o cercanos a la ministra Patricia Bullrich, como Federico Pinedo, el sherpa del G20 y quien, como algo inusual pese a su cargo, afirman haberlo visto ayer en Casa Rosada. Según pudo reconstruir Clarín, Milei no tendría decidido aún al sucesor de Werthein.

Problemas internos con el resto del Gabinete
Werthein nunca terminó de ser aceptado por una parte de sus compañeros de Gobierno. En general jugó en solitario y algunos ministros lo acusaban de trabar gestiones o no impulsarlas con la energía necesaria. El lo negaba.

Se escuchaban quejas en Defensa y en Seguridad, por ejemplo, por la presunta pasividad para intentar la liberación de Nahuel Gallo, el gendarme detenido en Venezuela. El último encuentro de Milei con Donald Trump desató durísimas críticas en redes sociales de las Fuerzas del Cielo, de Santiago Caputo, con quien mantenía una dura y sorda pelea.

Werthein tampoco habría logrado seducir a los trumpistas puros en Estados Unidos, por ser donante de la Fundación Clinton y de las campañas demócratas. En Washington también se quejaron de que se habría opuesto a cambios en la ley de propiedad intelectual presuntamente para favorecer a laboratorios nacionales. El embajador que manda Trump a la Argentina, Peter Lamelas, dijo que va a trabajar sobre ello.

Polémicos traslados
Werthein y su abogado, Jorge Grispo se dieron por idos ya este martes del Gobierno nacional. El ministro firmó antes los traslados de decenas de diplomáticos de carrera al exterior, pese a las medidas de austeridad que se habían anunciado hace un año.

Fueron exactamente 88 funcionarios de carrera los que el canciller y su gabinete colocaron en la lista de traslados, cuando cada mudanza -de los no embajadores- cuesta entre 10.000 y 20.000 dólares. Pero además, al ser nombrado ministro, Werthein se había plegado a la política de austeridad.

Entre estos traslados hay algunas irregularidades que, por quejas libertarias, la Casa Rosada se encamina a subsanar. Por ejemplo, en la Embajada en EE.UU. había dos vacantes nada más y licitaron tres. En la Embajada en Londres también. Había sólo dos vacantes, y designaron tres trasladados. En Naciones Unidas había una vacante, pero se nombraron dos trasladados. En la OEA no había ningún lugar licitado, y mandaron a uno por pedido de Casa Rosada, afirman.

Este miércoles a la tarde, el gremio de los «diplos», APSEN, salió a defender lo actuado por Werthein, que sólo podría ser revertido por una resolución contraria. El punto es que el gobierno libertario había suspendido estos traslados con el argumento de que «no hay plata», como también ocurrió con el ingreso de nuevos estudiantes a la escuela de diplomáticos, que Werthein cerró y reabrió antes de dar el portazo. El canciller tampoco pudo imponer una lista de ascensos de diplomáticos a embajadores, ministros y consejeros porque se los «cajonearon» en Congreso por falta de acuerdos. Por esas listas protestaron el PRO y los radicales, que se sintieron desplazados por los kirchneristas.

A su alrededor, el saliente canciller mantuvo un equipo chico de leales, que era cuestionado, porque venía identificado con el kirchnerismo: su jefe de Gabinete, Ricardo Lachterman, y quien ejercía como vicecanciller sin haber sido nombrado oficialmente, Juan Manuel Navarro, además de buena parte del staff que Werthein dejó en los Estados Unidos, como Juan Corteletti, número dos de la embajada. Varios de ellos participaron de los zoom kirchneristas y firmaron la solicitada en favor de Cristina Kirchner cuando los problemas judiciales empeoraron para la ex presidenta.

El acuerdo demorado con Estados Unidos
Atrás quedaron los anuncios de Werthein de que iban a sacar él y el jefe negociador, el embajador Luis María Kreckler -que se marchó a su puesto formal en San Pablo- un acuerdo comercial con los Estados Unidos, que bajara los aranceles impuestos por Trump. Esto está en negociaciones, pero no fue lo inminente que se prometía; con Scott Bessent ocupado de los temas financieros de la Argentina y bajo fuerte presión por ello en los Estados Unidos, incluso de sectores republicanos.

Santiago Caputo podría actuar ahora a través de dos de sus alfiles, como los ultraconservadores Ursula Basset -corrida al ministerio por Werthein- o Nahuel Sotelo, el secretario de Culto y Civilización, elegido diputado por la Provincia y a quien las Fuerzas del Cielo intentan poner como canciller.

Si el Presidente opta por la llegada de alguien del equipo del PRO, se especula que va a implicar correcciones en la política exterior.

En marzo de este año el macrismo difusión a través de la Fundación Pensar un documento llamado «Rebelde sin causa», en el que criticó la política exterior de Milei entre otras cosas por ser excesivamente personalista y por estar basada en un alineamiento incondicional a Trump y al primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu.

Por otro lado, no es un misterio que Fulvio Pompeo tiene gente que le reporta en Cancillería. Pero a su vez, Francos es muy respetado por su capacidad conciliadora, mientras vive su propia pulseada con Caputo.

Quien asuma debería definir cuestiones sensibles para el ministerio. ¿Ejemplo? Los 80 traslados de diplomáticos al exterior que firmó Werthein antes de irse fueron suspendidos por ahora desde Presidencia. Y no habrá novedades ni embajadores nuevos hasta que asuman las próximas autoridades./Clarín