Promesa cumplida: «Chiqui» Tapia llevó la Copa del Mundo al santuario de la Difunta Correa
En medio de la algarabía popular por la obtención del título en Qatar, Claudio «Chiqui» Tapia se hizo tiempo para cumplir una promesa. El presidente de la AFA llevó la Copa del Mundo al santuario de la Difunta Correa, en Vallecito, San Juan.
«La fidelidad, el amor y la lealtad se demuestran con acciones y no con palabras. Acá estamos, una vez más! Vamos Argentina», escribió Tapia en su cuenta de la red social Twitter, luego de visitar el sitio junto al jugador campeón del mundo Exequiel Palacios y al gobernador local, Sergio Uñac.
La acción del presidente de la AFA contó con varios curiosos, enfundados con la camiseta del seleccionado campeón del mundo.
Tapia le hizo una promesa a Deolinda, de quien es muy devoto, antes de la realización del Mundial de Qatar, y finalmente hoy cumplió con ella.
Quién fue la Difunta Correa
Según versa la historia oficial, Deolinda Correa era la mujer de Clemente Bustos, un sanjuanino que fue reclutado forzosamente en 1840 y obligado a participar de las guerras civiles que asolaban al país.
Ante este escenario, Correa decidió ir a La Rioja, detrás de él. La mujer vagó durante días por el árido desierto sanjuanino junto a su hijo lactante y algunas provisiones elementales.
Ya sin alimentos ni agua, Deolinda se cobijó debajo de un roble y abrazó a su hijo junto a su pecho. El hambre, la sed y el agotamiento terminaron por causar la muerte de la mujer.
Días más tarde, unos arrieros que pasaba por el lugar descubrieron el cadáver de Deolinda mas no el de su hijo, que seguía vivo y amantándose de los pechos de la madre.
Rápidamente la historia comenzó a propagarse de boca en boca hasta convertirse en un mito que goza de gran popularidad en muchas regiones de la Argentina. Cada año, miles de personas visitan su santuario y le ofrendan botellas de agua.
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