Condenaron a José Alperovich a 16 años de prisión por abuso sexual a su sobrina
José Alperovich tuvo todo el poder que una persona puede tener: económico, político y judicial. Lo usó durante más de 10 años como gobernador de Tucumán. Y ese mismo poder fue el que utilizó para cometer uno de los delitos más aberrantes, como es el de abusar sexualmente y violar a una persona, como consideró ayer la justicia. Fue condenado ayer a 16 años de prisión y quedó detenido en una cárcel federal.
Sentado en una silla, con la cabeza gacha y las manos apretadas escuchó del juez Juan María Ramos Padilla que cometió nueve delitos sexuales contra su sobrina mientras era su secretaria y hacía campaña para un nuevo mandato “mediando para su comisión intimidación, abuso de una relación de dependencia, de poder y de autoridad”. Y luego “disponer en este acto la detención de José Jorge Alperovich y su inmediato traslado a una unidad carcelaria del Servicio Penitenciario Federal”. Salió de la sala de audiencias escoltado por oficiales.
De esta manera, el Juez Juan Ramos Padilla resolvió condenar a Alperovich, por »abuso sexual simple reiterado en tres oportunidades», a la pena de 16 años de prisión, y ordenar su inmediata detención en una unidad carcelaria. Además, se lo inhabilitó de por vida a ejercer cargos públicos.
El juez detalló en la sentencia, el »abuso sexual cometido en tres oportunidades (…) los últimos dos cometidos en grado de tentativa y otros seis sucesos de violencia sexual, de forma agravada por haber sido con acceso carnal, por vía vaginal, oral y anal’’.
El primer hecho fue el 14 de diciembre de 2017, cuando la denunciante y Alperovich por primera vez se trasladan a Buenos Aires y terminada esa jornada, ambos van al departamento del ex gobernador en el barrio porteño de Puerto Madero.
Según relató la querella, Alperovich le ordenó a un colaborador hospedarse en otro departamento que él tenía lindante al que estaban él y la víctima.
Luego de la cena -relató la querella- el ex gobernador empezó a manosear a la víctima por las partes íntimas de su cuerpo, la besó y luego que ella le dijo que «no quería». Mientras la abogada seguía describiendo lo que calificó como un «ataque», Alperovich se tomaba su rostro con las manos y lloraba.
La víctima «creyó que había zafado» pero el 27 de diciembre de 2017 otra vez en un viaje a Buenos Aires y en el mismo departamento se repitió otra situación.
La volvió a manosear en sus partes íntimas ella estaba «horrorizada y no podía actuar». «Ella se encerró en el baño, se duchó y se acostó muy angustiada», relató la abogada sobre ese segundo episodio.
Luego sucedieron otros tres hechos, el 9, 10 y 12 de febrero del 2018 y en trasladado en vehículos en el que Alperovich iba junto a ella y acompañados por algún chofer.
En marzo de 2018 ocurrieron dos hechos en distintos domicilios de Tucumán. Uno de ellos el 9 de ese mes cuando Alperovich se bajó los pantalones y la violó luego de haberla manoseado, y el otro el 12: «Me volvió a violar» citó la abogada las palabras de la víctima.
Los otros dos hechos sucedieron también en marzo y hasta «le provocó lesiones en sus zonas genitales». «Era un avasallamiento demoledor e inesperado, no estaba para eso, no se me ocurrió verlo a José con otros ojos, no tenía que salir mal y salió todo mal», recordó la abogada las palabras de la víctima.
Luego de los hechos, la víctima acudió primero a la entidad «Mujeres por mujeres», donde no le tomaron la denuncia porque le dijeron «que generalmente la víctima termina arreglando con el agresor» y luego al «Observatorio de mujeres», un organismo de gobierno que atiende las denuncias del tipo.
Fue en ese último lugar donde le «advirtieron» que era riesgoso denunciar a Alperovich y ahí es cuando ella acudió a una psicóloga que le recomendó «negociar» con el acusado: «Se le acercaron personas cercanas a Alperovich donde le ofrecieron dinero para frenar la denuncia».
El 22 de noviembre de 2019 terminó presentando la denuncia penal y «lo primero que hizo Alperovich» fue exponerla.
Infobae/Ámbito